Celebramos el origen croata de la corbata, una prenda que ha conquistado el mundo y sigue siendo símbolo de elegancia y tradición.
El 18 de octubre, el mundo de la moda levanta su copa en honor a un accesorio que ha trascendido fronteras y épocas: la corbata. Originaria de Croacia, esta prenda, que hoy asociamos con elegancia y sofisticación, tiene una historia tan rica como colorida.
Fue en el siglo XVII cuando los soldados croatas, conocidos por su valentía y estilo, comenzaron a lucir pañuelos coloridos atados al cuello como distintivo de su unidad. Estos pañuelos, que las mujeres croatas anudaban a sus amados como símbolo de amor y protección antes de partir a la guerra, llamaron la atención de los franceses.
En la corte de Luis XIV, los soldados croatas se convirtieron en toda una sensación, y su peculiar forma de vestir fue rápidamente adoptada por los nobles franceses. El término «cravate», derivado de «croata», se popularizó rápidamente y, con él, la moda de llevar un pañuelo al cuello.
A lo largo de los siglos, la corbata ha evolucionado y se ha adaptado a las tendencias de cada época, pero siempre ha mantenido su esencia. Desde los elaborados nudos de la aristocracia hasta las corbatas de seda más sencillas, esta prenda ha sido un símbolo de estatus, de identidad y de estilo.
Hoy en día, la corbata sigue siendo una pieza clave en el armario de muchos hombres y mujeres. Y aunque su uso se ha vuelto más informal en los últimos años, su historia y su significado perduran.
El Día de la Corbata es una oportunidad para celebrar la rica herencia cultural de Croacia y para recordar cómo una pequeña pieza de tela puede tener un impacto tan grande en la moda y en la sociedad.